¿Recuerdas a tu profe favorito de la infancia?
Seguramente recuerdas por lo menos una maestra o maestro de tu infancia que fue tu favorito. Y es muy grato saber que nuestros peques tienen sus profes favoritos. Pero, ¿sabes por qué sucede?. Los maestros y maestras tienen un tesoro en sus manos, cuando de pequeños convivimos con ellos.
Nuestros maestros y maestras tienen la oportunidad de convivir con nosotros por varias horas. Además en momentos en los que más necesitamos ser escuchados y acompañados. Puesto que un proceso de enseñanza – aprendizaje no es un camino fácil. Al referirnos a un tesoro, hablamos de nuestra mente y funciones cerebrales, que en la primera infancia están en su máximo esplendor. La neurociencia lo define como plasticidad cerebral. Ya que de pequeñitos tenemos el doble de conexiones cerebrales que los adultos.
Los maestros y maestras tienen una labor monumental, debido a que su pedagogía debe tener como principio, la escucha, el afecto y por supuesto la paciencia. Nuestros docentes favoritos e inolvidables se ganaron ese lugar en nuestro corazón y en nuestra mente, porque además de ser cariñosos, nos brindaron experiencias de aprendizaje significativas.
Definitivamente los niños y las niñas necesitan grandes maestros y maestras. Un profe puede determinar incluso que odies o ames una materia. Puesto que ser educador o docente no es solo tener un amplio conocimiento de la materia, también es necesario saber promover el aprendizaje en sus estudiantes y desarrollar conocimientos.
Es importante saber que tus hijos e hijas son fuegos que hay que encender, sus maestros y maestras son el oxígeno que lo hará posible. Somos un pilar en la educación de nuestros chiquitos, porque actualmente somos su compañía adicional a sus profes, pero necesitamos estar en constante comunicación con ellos.
Por último y algo muy importante es que debemos reconocer la labor de los maestros y las maestras. Es una tarea compleja que incluye pasión y amor, también respeto y dedicación. El ser profe es una labor que acompaña desde la infancia hasta la adultez, Los conocimientos que logramos de su mano los llevaremos para toda la vida. Si existe un profesor o profesora favorita en nuestra vida, se quedará en nuestros pensamientos y nuestra sabiduría para siempre.